Aunque en el pasado, algunos científicos intentaron calcular el valor del cuerpo humano en términos de sustancias químicas, hoy en día se reconoce que la verdadera importancia de una persona radica en su potencial energético y su capacidad para crear, innovar y cambiar el mundo.

Cada uno de nosotros es una criatura asombrosa, capaz de producir, vender, investigar y crear de manera única. Al igual que una empresa, cada persona tiene su propio conjunto de habilidades, talentos y recursos que pueden utilizar para lograr el éxito en la vida.

En términos empresariales, el éxito se puede medir en términos de producción, ventas, investigación y finanzas. Una persona debe ser capaz de producir algo de valor, ya sea en términos de bienes o servicios, y luego vender ese valor a la sociedad. También debe ser capaz de mantenerse actualizado con las últimas tendencias y avances a través de la investigación y el estudio. Y finalmente, debe ser capaz de administrar sus finanzas de manera efectiva para asegurarse de que su negocio (es decir, su vida) sea financieramente estable y rentable.

Cada uno de estos elementos es importante por derecho propio, pero juntos son fundamentales para lograr el éxito en la vida. Si una persona carece de habilidades de producción, no tendrá nada que vender. Si no puede mantenerse al día con los avances y las tendencias, se quedará atrás. Y si no puede administrar sus finanzas de manera efectiva, su negocio (es decir, su vida) podría fracasar. Por lo tanto, es importante que cada persona reconozca su valor como individuo y trabaje para maximizar su potencial.

Al igual que una empresa, cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar en la sociedad y es nuestra responsabilidad asegurarnos de que estamos haciendo todo lo posible para lograr el éxito y aumentar nuestro valor. Y al hacerlo, no solo mejoramos nuestra propia vida, sino que también contribuimos positivamente a la sociedad en general.